Las amantes frustradas.

Moin moin

Las encuentras con una sonrisa de oreja a oreja
en las calles, en sus autos, por la calle...
si... están frustradas...
frustadas con la vida, con el sexo.

Y es que hay hombres tan malos...
que en lo único en que son buenos es en el sexo.
Eso las irrita...las fastidia... las frustra...
y es que es molesto vivir entre egoísmo puro.

Las ves andar, sin mucho que decir,
con ganas de correr y de gritar.
Pero sin hacerlo... no lo hacen
están cansadas... están frustadas.

Las amantes frustradas se consuelan entre sí,
o bien, ellas mismas se aman.
Compran zapatos, ropa, comida
para satisfacer su evidente decepción.

Y es que el sexo no es como lo pintan
nunca será como dicen qué es.
Me pregunto a quién se le ocurrió que era hermoso...
ah... seguro fue un hombre.

Y se miran seductoramente al espejo
carmín en sus labios, rubor en sus mejillas.
Tratando de hacer relucir la sensualidad...
que al parecer su concubino ignora... y el nuevo amante aprecia.

Y el nuevo amante, la seduce...la toca
le dice lo que ella quiere escuchar...
ponen acuerdos y condiciones,
los cuales suelen ser sellado con un beso.

Una y otra vez sostienen encuentros
noches llenas de pasión
de entrega mutua... rara vez con amor
sin nada que perder.

Los vaivenes de placer van y vienen
sus cuerpos se entrelazan...se unen
de la manera más perfecta, más correcta...
pero prohibida por una sociedad rígida y autoritaria.

Y así... termina la frustración...
se va contenta, bañada en perfume,
con labios color carmín.
Feliz por la vida... feliz.

Pero al cruzar la puerta...
todo cambia... su concubino la ignora
entonces empieza a ver y a vivir...
las cosas que la hacen sentirse frustrada de nuevo.