miércoles, 6 de octubre de 2010

No tengo voz para decirlo...por eso vengo y te lo escribo

Moin moin

Soy transparente.

Me puedes oler muy bien.
Desde que me presento,
No tengo que hablar para darme a entender.
Mis ojos te lo dicen todo.
Mi boca arrulla lo que pienso.
Sabrás que es lo que siento,
Con sólo tocar mi piel.
No muerdo, ni acaricio.
Sólo hiberno todo el tiempo,
En mi jaula de almohadas,
En donde nadie sabe la verdad.


No tengo voz para decirlo,
Por eso vengo y te lo escribo.
He deshonrado a mis principios...otra vez

Bestia, Hello Seahorse!


 
Das vueltas en círculos...una y otra vez.
Me miras y no me dices nada. No hace falta.
El café con canela se ha enfriado hace ocho minutos.
El incienso de vainilla tiene el olor más fuerte esta vez.
Compite con el humo de nuestro cigarro.
Hace media hora dejo de llover.
Hay grandes charcos de agua afuera.
Las sábanas están revueltas...si, demasiado.
Me siento en un rincón...mientras me pongo tu vieja gorra...
Octavio Paz y su laberinto de soledad me gritan desde tu estante...
la vida de los mexicanos está escrita entre sus letras.
Pero tu sigues pensativo...
no quiero interrumpir tus pensamientos, pero odio tu silencio.
Sólo miras al cielo...no dices nada.
Aviento a Octavio al suelo y no reaccionas.
Olvidé que mi amante olvida como amar...
me pongo tus viejos converse y me salgo de tu habitación.
Al cerrar la puerta, reaccionas y me pides que me quede.
Lo único que hago es aventar tus zapatos e irme descalza...
no necesito estar en tus zapatos, cuando tu no puedes estar en los míos.
 
Me miras marchar desde tu ventana...
si...estás solo.

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