sábado, 25 de septiembre de 2010

Errores y mudas confesiones


Moin moin

Y al sentir el calor de tu abrazo, me siento hipócrita.
Sabes que te deseo con locura, y sonríes triunfante ante mi muda confesión.
Y yo, bajo la mirada, he cometido un error y te has dado cuenta.
No sé lo que pasa por tu cabeza...y sonríes nuevamente por el sabor de la victoria.

Piensas que me tienes entre tus manos, pero no es así, en mi interior hay un arma secreta, la cual es probable que conozcas, pero piensas que no me atreveré a usarla.
Tengo planeado todo con alevosía, ventaja y traición.
La premeditación es mi salvación para esta complicada situación, y cuando use la traición en tu perjuicio, desearás no haberme conocido.

Mi querido amigo, ya no sé en que mundo te has perdido, ocultando la verdad, los vicios como las drogas, el sexo y el ahogar tus penas en alcohol a través del cálido humo de tabaco.

Ya no te siento mío, no eres más mi amigo. Te estoy perdiendo... y en esta pérdida, también te estas perdiendo a ti mismo.

Extraño aquel abrazo de aquel amigo sincero, antes de que una efímera pasión nos ahogara entre sus brazos, mojándonos entre sus entrañas, embriagándonos de un falso amor.

Pero quiero abrazarte, llevarte en mi ser. Es confuso este sentimiento, libérame de esta horrible penitencia, te lo ruego con cada fragmento de mi ser.

Tu amiga.

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