Faustino

Moin moin

Fue la sombra de la noche
la que cubrió tu habitación
y en nuestro estado de emoción
empezamos sin palabras, sin reproche.

En aquel momento, dejaste de ser mi amigo,
te transformaste en un hombre.
Y aunque siempre has estado conmigo
me olvidé de tu nombre.

Nuestros labios en un beso se fundieron,
aunque no eran dulces, sino amargos.
Piel contra piel nuestros cuerpos se encontraron
y los dedos de nuestras manos se entrelazaron.

Y aunque eras cálido, como el fuego
y tus besos y caricias suaves, como pétalos de rosa,
mi cuerpo lo disfrutó, no lo niego,
pero mi alma se volvió venenosa.

El tiempo corrió, el tiempo pasó,
mientras esos jóvenes amantes,
dormían pensando, en que se fué y que se quedó
y suspiraron, nada sería como antes.

Eres mi amigo y yo tu amiga,
dejándose llevar por un arranque de pasión.
Lo que ha pasado no es lo que me intriga,
me preocupa saber como me ve tu corazón.

Faustino, mi amigo, anoche mi amante.
La realidad es simple: no te amo.
Permíteme ser tu amiga y tu acompañante
Sólo permíteme, tomar de tu mano.